Hola a todos.
Sábado 18 de Octubre, junto a un querido amigo curandero de Nazca, fuimos a la oasis de la Huacachina. Un pequeño espejo de agua rodeado de palmeras, en la ciudad de Ica, en el desierto Peruano.
Empezamos a subir las dunas de arena que bordean el oasis saludando la llegada del sol.
Desde lo alto de una de la duna principal, el oasis y la inmensidad del desierto hacían sentir un contacto con la naturaleza y paz interior, sentimientos amplificados a través de la observación de los gestos rituales del chaman.
Félix nos explico que el nacimiento del sol, que los Incas llamaban Dios Inti, era un momento a través del cual el hombre podía recargar su energía. Sólo se tenia que mirar al sol y levantar el brazo derecho llevándolo hacia el pecho, tomando respiraciones profundas. Este simple gesto ayudaba a dar vitalidad al cuerpo.
El ritual luego seguía una antigua tradición Inca, perdida en las brumas del tiempo, de ofrecer hojas de coca a la Tierra. El oficiante pedía a cambio prosperidad y seguridad para su gente.
En la noche Felix quemó incienso y agradeció el oasis. Los pueblos prehispánicos creeian que algunos lugares tenían su propia vida y con los rituales solían ser capaz de ponerse en contacto con la naturaleza.
Los chamanes como Felix, siguen siendo una figura importante en la cultura Peruana, transmitiendo la esencia de una simple verdad. Vivimos en un mundo material, donde la concepción de la realidad se rige por convenciones sociales que nos enseñan desde el nacimiento.
No tenemos ninguna alternativas cognitivas posibles . Todo lo que no es perceptible se descarta automáticamente y por lo tanto no existe.
El brujo, hablando con el Sol, la Tierra, las fuerzas invisibles, crea por un momento, en el nuestro concepto de realidad, un pequeño agujero, un defecto. En ese momento dejamos de ver el mundo a través de nuestras habituales, creencias consuetudinarias.
El arte del curandero, es mostrar nuevos caminos, engañar nuestra concreción perceptual.
Cuando cae la realidad, la curación puede seguir rutas alternativas, serios problemas desaparecen, todo es posible.
Los rituales prehispánicos, así como aquellos católicos, atrapan la racionalidad y la mecanicidad del cotidiano, dando paso a la duda y el diálogo interior.
Mientras no estamos inmersos en la contemplación de nosotros mismos, escuchamos a un mundo mucho más amplio. El fervor religioso hace ocurrir milagros, el ritual del chamán conduce a curaciones inexplicables.
La intuición es el único medio apropiado para codificar estas nuevas áreas cognitivas. Áreas en las que, solamente el hombre místico, entrenado para moverse en estos caminos desconocidos, puede guiarnos.
Para ponerse en contacto con el curandero Félix o ir a ver a su museo dedicado a la mística andina:
MUSEO INCA WASI - Nazca - Perú
Tel.. 956 335858
Saludos a todos y a la próxima vez!